Datos sobre la incontinencia

Para empezar, hablemos sobre qué es exactamente la incontinencia. Hay una gran cantidad de mitos e ideas equivocadas sobre este tema, por lo que es muy importante que los conceptos estén claros. Después de todo, cuanta más información tengas, más fructífera será la conversación con tu médico acerca de los tratamientos más adecuados para ti.

La incontinencia

La incontinencia es un problema muy frecuente

La incontinencia es un trastorno común que padecen millones de personas y con el cual tratan a diario muchísimos médicos. A pesar de que suele asociarse a la gente mayor que vive en residencias o instituciones geriátricas, la realidad es que afecta a gente de todos los grupos de edad. Por otra parte, sigue representando un gran tabú y la gente tiende a no hablar de ello, por lo que resulta muy difícil calcular el número exacto de personas afectadas. También puede ocurrir que nos dé miedo o vergüenza admitir que tenemos un problema, por lo que en ocasiones se recurre antes a productos de uso inmediato como las compresas que a un médico para recibir un diagnóstico adecuado. Por todo ello, ¡seguramente la incontinencia sea un problema aún más común de lo que nos muestran las estadísticas!

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La incontinencia urinaria afecta a millones de personas en todo el mundo.
Más de 36 millones de personas sufren incontinencia urinaria en la UE (el 60 % de las cuales son mujeres).
1 de cada 15 adultos padece incontinencia fecal.
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La incontinencia también puede afectar a niños y jóvenes: el 10 % de los niños de seis años sufren incontinencia urinaria y el 1 % de los niños y jóvenes de entre 5 y 18 años manchan de heces la ropa interior.
La incontinencia puede afectar a la calidad de vida de la persona a nivel social (familia, amigos, relaciones), psicológico, físico, educativo, laboral, sexual y económico.

¡No debes avergonzarte por algo así! Es importante que recuerdes que hay mucha gente pasando por lo mismo, con las mismas dudas y buscando las mismas respuestas que tú. Si te animas, echa un vistazo a alguna de las palabras que la gente suele buscar en internet:

¡Y la lista sigue! La cuestión es que estos trastornos de salud íntima son más frecuentes de lo que puedas pensar. Debido a que no solemos hablar de ello con los demás, terminamos buscando en la red y resulta muy fácil perderse entre tanta cantidad de información. Por este motivo, hemos decidido crear esta web en la que puedes encontrar información y consejos prácticos, sinceros y fiables sobre la incontinencia vesical e intestinal. Esperamos que te ayude y te sientas con la confianza y la motivación necesarias para ir a hablar con tu médico acerca de los síntomas que te preocupan.

La incontinencia no es una etapa más del envejecimiento

Es cierto que es más probable padecerla a medida que pasan los años, pero eso no quiere decir que te debas resignar a vivir con ella en ninguna etapa de tu vida. De hecho, hay muchos tratamientos disponibles para todas las edades. Es importante que sea un médico especializado quien determine los pasos a seguir.

¡Ni siquiera los más jóvenes son inmunes a la incontinencia! Numerosas mujeres presentan síntomas tras el parto y muchos padres afirman que sus hijos se orinan en la cama o manchan la ropa interior con restos de heces.

La incontinencia no es una enfermedad

De hecho, la incontinencia es simplemente una consecuencia de otros factores que están afectando a tu organismo. La buena noticia es que, sea cual sea la causa, hay muchos tratamientos que pueden ayudar a mejorar enormemente tu situación e incluso solucionarla por completo. Lo importante es dar con un médico que reconozca la importancia de este trastorno y que te pueda ofrecer consejos útiles sobre las distintas opciones disponibles.

La incontinencia está muy relacionada con la salud del suelo pélvico

¡Vamos con un poco de ciencia!

No hay una única causa que provoque incontinencia vesical o intestinal. Para obtener más información sobre los distintos factores que pueden influir sobre este transtorno, visita las secciones dedicadas a las incontinencias urinaria y fecal. Sin embargo, sí hay una parte del cuerpo que suele verse involucrada casi siempre, y esa es el suelo pélvico.

Echa un vistazo a los siguientes diagramas de los cuerpos masculino y femenino:

Diagramas de los cuerpos masculino y femenino.

¿Qué te llama la atención?

¡Los músculos del suelo pélvico están justo en el centro de todo!

De hecho, los músculos del suelo pélvico son los que nos permiten controlar la vejiga y los intestinos y, además, sirven de soporte a todos los órganos internos involucrados en la expulsión de orina, heces y gases. Comprenden músculos gruesos y firmes que van desde la parte delantera hasta la parte posterior del suelo pélvico y que pueden moverse de arriba abajo como si de una pequeña cama elástica se tratase.

Una vez aclarados estos puntos básicos, te recomendamos que veas estos vídeos para conocer de forma más detallada los músculos del suelo pélvico femenino y masculino.

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Como has podido comprobar en los diagramas y en los vídeos, los músculos del suelo pélvico dejan orificios por los que transcurren la orina, las heces y los gases. Un suelo pélvico en buen estado de salud se contrae cuando no quiere expulsar ninguna de esas sustancias y se relaja cuando vamos al baño para vaciar la vejiga o el intestino. Por el contrario, un suelo pélvico debilitado puede repercutir en la pérdida de control sobre estos órganos.

¡Pero no te preocupes! Hay diversas formas de fortalecer los músculos del suelo pélvico, como los cambios conductuales y de estilo de vida o los ejercicios que te mostramos aquí. Si, aun así, tu cuerpo necesita un poco de ayuda adicional, existen otras alternativas como los medicamentos, la cirugía y la neuromodulación sacra.

¡Aquí va otra pequeña dosis de ciencia! Sigue leyendo para saber cuál es el funcionamiento correcto de la vejiga y del intestino

Saber cuál es el funcionamiento normal de la vejiga puede ayudar a que identifiques mejor los síntomas de la incontinencia. Estos son algunos datos sobre tu tracto urinario:
  • Los riñones se encargan de filtrar la orina
  • Dos conductos denominados uréteres se encargan de transportarla
  • La vejiga almacena la orina y tiene una capacidad de hasta 500 ml
  • La uretra es el conducto a través del cual se expulsa la orina fuera del organismo
Las paredes de la vejiga están formadas por varias capas. La más gruesa se conoce como músculo detrusor. Este músculo se expande a medida que la vejiga se va llenando de orina, y se contrae cuando tienes ganas de ir al baño y expulsas la orina. Otro músculo importante es el esfínter uretral. Si la vejiga funciona correctamente, se contrae para evitar que se escape la orina y se relaja cuando vamos al baño a expulsarla.


Se resume en tres puntos básicos:

  1. Músculos: los esfínteres interno y externo se contraen para que no se produzcan pérdidas de heces no deseadas.
  2. Sensibilidad: los nervios del recto envían señales al cerebro cuando el intestino está lleno para que sepas que tienes que ir al baño.
  3. Elasticidad: los músculos del recto deben ser suficientemente flexibles para retener las heces hasta que llegues al baño.

Referencias

Irwin DE, Kopp ZS, Agatep B, Milsom I, Abrams P, Worldwide prevalence estimates of lower urinary tract symptoms, overactive bladder, urinary incontinence and bladder outlet obstruction, BJU Int, 108 (7): 1132-8, (oct. 2011).

Whale K, Cramer H, Joinson C, Left behind and left out: The impact of the school environment on young people with continence problems, Br J Health Psychol, 23 (2): 253-277, (mayo 2018).

European Guidelines on Urinary Incontinence, Internet, (2018, citado el 29 de julio de 2020). Disponible en: https://wfip.org/european-guidelines-on-urinary-incontinence/.

Buckley BS, Lapitan MCM, Prevalence of urinary incontinence in men, women, and children—current evidence: findings of the Fourth International Consultation on Incontinence, Urology, 76(2): 265– 270 (2010).

Pelvic floor, Internet, (2020, citado el 29 de julio de 2020). Disponible en: https://www.continence.org.au/pages/how-do-pelvic-floor-muscles-help.html.

Elenskaia K, Haidvogel K, Heidinger C, Doerfler D, Umek W, Hanzal E, The greatest taboo: urinary incontinence as a source of shame and embarrassment. Wien Klin Wochenschr, 123(19- 20): 607-610, (2011).